EL MIEDO, jmmm! El miedo ha sido un acompañante a lo largo de mi vida, se ha manifestado en distintos momentos, es con quien más he tenido que luchar, una emoción que me descontrola y me hace sentir muy insegura.

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Uno de los primeros recuerdos que se vienen a mi mente es de cuando tenía unos 7 años, en ese entonces solíamos ir con mi mamá y hermana a visitar a mi abuela materna los fines de semana, pues mi papá como buen músico debía amenizar distintos eventos y no siempre tenía el espacio para compartir con nosotras.

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Las visitas eran desde la mañana hasta antecitos de las cinco de la tarde porque debíamos coger el bus con asientos vacíos ya que el viaje desde Bogotá hasta Soacha era bastante largo, por lo cual usualmente llegábamos al anochecer. Al entrar a casa, todo estaba asegurado y apagado tal cual como lo habíamos dejado, tranquilas de que todo andaba bien, avanzábamos en medio de la oscuridad, pero antes de alcanzar el interruptor para encender la luz salía mi papá de su escondite (pues llegaba antes que nosotras) con una máscara de gorila, horrible por cierto, nos asustaba, luego se reía y nosotras gritábamos tanto con la única sensación de salir corriendo.

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Considero que desde ahí y después de otros episodios que se dieron en medio de la oscuridad, mis miedos fueron tomando fuerza y empezaron a verse reflejados en diferentes escenarios de mi vida, desde mi niñez hasta hoy en día, pues ya no sólo los espacios sin luz me asustaban, sino el miedo a enfrentarme al público, a perder a mi familia, a no alcanzar mis sueños, a fallarles a los demás y a arriesgarme hacer nuevas cosas o dar mi punto de vista ya sea por el rechazo o por la burla de los demás, todos estos aspectos se convirtieron en grandes piedras que no me permitían avanzar.

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No obstante, desde hace ya un largo tiempo, decidí enfrentar esta emoción, pues entendí que pese a que siempre estará cerca no debo permitir que controle mi vida y mis decisiones; asimismo, comprendí que está bien sentir miedo, pues te impulsa a seguir adelante, a ser valiente y a pensar detenidamente para elegir el sendero correcto por el cual caminar. Además, en la búsqueda de afrontar el miedo, mi fe se avivó y toda mi confianza esta puesta en Dios, es así como la palabra que me acompaña y de la cual me he apropiado está en 2da de Timoteo 1:7 “Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio"...

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Y aquí sigo, esperando que tanto a nivel emocional, personal, espiritual y social, y en cada uno de mis roles, ya sea como hija, hermana, madre, novia, amiga, docente, compañera y estudiante, logre disfrutar y aprender de cada instante, en el cual habrá algo de miedo que tendré que enfrentar, pero siempre con la firme convicción de que no estoy sola y que puedo más de lo que me alcanzo imaginar.